sábado, 2 de octubre de 2021

El día que Nina Simone dejó de cantar

Darina al-Joundi y Mohamed Kacimi, El día que Nina Simone dejó de cantar (Le jour oú Nina Simone a cessé de chanter, 2008)

¿Quién es Darina al-Joundi, la coautora del monólogo teatral que dio origen al libro que comentaremos en la tertulia?
Tras este primer éxito -representado inicialmente en una sala casi vacía del Festival d'Avignon 2007, acabó llenando el aforo las semanas siguientes, repitió durante un mes en la edición de 2008, y mantuvo una gira internacional de cuatro años-, desarrolla nuevos proyectos escénicos (como Ma Marselleise, también autobiográfico y que impulsó, en parte, un cambio en la política de nacionalización francesa), escribe (Prisonnière du Levant, una biografía de la poeta egipcia May Ziadé) y, sobre todo, actúa en cine y televisión.


Inevitablemente, nos acercamos a una obra artística desde nuestras creencias, preocupaciones y experiencias previas. ¿Desde dónde habéis leído El día que Nina Simone dejó de cantar? ¿En qué se ha centrado vuestra mirada?
  • La situación de las mujeres en Oriente Medio.
  • El permanente conflicto geopolítico, difícil de entender por los múltiples agentes y factores implicados.
  • La valentía de la narradora en su búsqueda de la libertad, como ejemplo para la lucha y la reivindicación feminista en otros entornos.
  • La conducta autodestructiva de la protagonista, quizá como resultado del trauma de la guerra.
-¿Cómo es que no lo sabes? Estás en el Líbano, aquí todo el mundo sabe de dónde viene, a qué comunidad pertenece, tenemos diecisiete en nuestro país. ¿Eres armenia, griega ortodoxa, griega católica, siria, maronita...?
La capacidad de sugerencia de la obra nos permitirá abordar la relación entre pautas educativas y presión del entorno, la vida cotidiana durante la guerra y sus efectos, la identidad religiosa como posible obstáculo para la autonomía individual, la comunicación e influencia entre culturas aparentemente distanciadas o, quizá, establecer un paralelismo con el actual resurgir de las identidades y su instrumentalización política.

Además de la pluralidad temática, el relato de Darina al-Joundi genera otras preguntas. Por ejemplo, en relación a su tono y tras compararla con el breve vídeo incluido más arriba, ¿puede la palabra escrita transmitir la misma emoción o cercanía que su presencia en el escenario? ¿Medios de expresión o artes diferentes son capaces de generar discursos comparables? O, por el contrario, ¿los lenguajes que dialogan son autónomos entre sí y el material inicial solo debe servir como inspiración?

Todo el mundo pasó página rápidamente, sin leerla. Los libaneses se quitaron de encima la historia de la guerra como si de un cadáver se tratara.

Atendiendo a las pequeñas contradicciones que contiene el relato, a la escasa fiabilidad de la memoria autobiográfica y al hecho de que la narradora elige qué desea contar y cómo -de ahí las diferencias en el detalle de la representación del padre y de la madre, por ejemplo-, puede surgir el debate sobre la veracidad de lo contado, tal como sucedía al analizar Viajes con Charley en busca de Estados Unidos, de John Steinbeck.
En todo caso, creo que lo importante aquí es el indiscutible valor de la voz de su autora, capaz de tejer un relato sobre sí misma que le abre nuevas posibilidades vitales y refuerza la confianza en su capacidad para construir un futuro esperanzador. La elección de Nina Simone como referencia no parece, por tanto, casual; ambas mujeres poseen biografías en parte coincidentes.

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