sábado, 22 de septiembre de 2018

Música blanca

Cristina Cerezales Laforet, Música blanca (2009)

1. La autora
Laforet es un apellido que marca inevitablemente. Cristina, una de las hijas de Carmen Laforet, comparte con su madre el interés por la pintura y actualmente está centrada en su ya amplia carrera literaria.
En este vídeo podemos escucharla hablando de libros y lienzos, con la autora de Nada como referencia:



2. Género y estructura
Es difícil inscribir Música blanca en un género determinado. Combina biografía y relato autobiográfico, crónica histórica e introspección, ficción e investigación documental a partir de las cartas personales, artículos periodísticos y novelas de Carmen Laforet.
El uso de la segunda persona cuando la autora relata su propia experiencia genera cierta sensación de extrañeza y no logra el objetivo buscado. Se trata de un recurso poco habitual, que suele utilizarse junto al tiempo presente para intentar convertir al lector en protagonista del texto y, con ello, emocionarlo. Aunque podamos entender que, en este caso, la autora intenta con el salirse del relato para pensar sobre los hechos, algo falla cuando valoramos mucho más la cercanía y sensación de veracidad que se encuentran en los diarios de Andrea y Fani.
Tampoco parece justificable que Cristina Cerezales oculte hasta el final la procedencia de muchos de los "pensamientos" de su madre. Por supuesto, no son fruto de una comunicación telepática, sino de la revisión de los textos que su madre dejó. El natural escepticismo ante esta idea nos aleja de la narración de forma continua.
Sin embargo, estos errores no desmerecen a una inteligente estructura, que logra combinar de manera fluida distintas fuentes y, siguiendo el modo en que Carmen explora el álbum de fotos, desde la última página hasta la primera, nos presenta su vida saltado entre pasado y presente. De esta forma, el final -la muerte- se identifica con el principio, tanto vital -su nacimiento en 1921- como literario -con la publicación de Nada-.

3. Los temas
Música blanca es una obra de múltiples dimensiones, rica en propuestas para la reflexión. Supone un buen acercamiento a la obra de Carmen Laforet, al mundo literario de la posguerra, a su vida e inquietudes y cómo éstas se relacionaron con su producción. En especial, incide en las relaciones familiares, su feminismo y experiencia religiosa y el permanente conflicto con la escritura.
Al mismo tiempo, explora la experiencia del envejecimiento y los cambios en el vínculo maternofilial. Y, quizá lo más significativo, demuestra que la construcción del recuerdo nos permite dar sentido a la realidad y que la imaginación puede ser nuestro principal consuelo.
Es una lástima que parte de estos valores se desdibujen ante la gran diferencia entre las dos voces narrativas: la de autora es solo un pálido reflejo de la de su madre. Como ejemplo, el gusto por las seudoterapias new age de Cristina Cerezales actúa como involuntaria parodia de las inquietudes espirituales de Carmen Laforet.

4. Otras visiones
Lo anterior es, claro, solo una opinión personal. La obra a la que dedicamos la primera tertulia de la temporada 2018-2019 ha generado puntos de vista muy diferentes: desde el rechazo absoluto (En Barcelona...) hasta el elogio (El País, El Cultural).
En todo caso, supone una perfecta invitación para acercarse a la narrativa de la principal protagonista de Música blanca, Carmen Laforet, de la que ya hay una entrada en el blog.


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