domingo, 5 de mayo de 2019

Bajo el influjo del cometa

Jon Bilbao, Bajo el influjo del cometa (2010)

Foto: lainformacion.com
1. El autor habla sobre sus relatos
Hemos recopilado algunas declaraciones de Jon Bilbao aparecidas en el blog Cierta distancia (CD), eldiario.es (ED), Cactus (C) y la extinta web Koult (K). En ellas explicita muchos de los elementos que configuran sus textos.

1.1. Temas
(CD) Los extremos hasta los que se pueden tensar las relaciones afectivas antes de que se quiebren, la influencia de la ficción a la hora de narrar e interpretar la realidad, la soledad como objeto del deseo…

(ED) La familia, aunque habitualmente se asocia con relaciones positivas, no es así. En la familia se puede sacar lo peor de nosotros mismos. Y me interesa hasta dónde se pueden tensar las relaciones de la familia hasta que uno dice, basta, ya no puedo seguir con esto. Pero tampoco quiero caer en una especie de nihilismo y decir que todo esto no merece la pena. La familia tiene sus cosas buenas y malas.

(K) Uno de los temas recurrentes es el deseo de autoconocimiento de los personajes, casi inconsciente. De esta manera descubren un lado negativo de sí mismos que ignoraban poseer hasta este momento.

1.2. Estructura
(ED) Soy muy enemigo de los finales operísticos en plan blockbuster, prefiero el elemento de retirar la mano del papel. Es cierto que un lector no avezado de relatos se espera ese chispazo final, pero a mí así me parece más verosímil y además obligas al lector a terminar el relato. Igual escribo para lectores que están dispuestos a ser más participativos…

(C) Prefiero finales que sean definibles narrativamente como finales, es decir, que se produce un cambio en la situación, en los personajes, en el mundo narrativo o en la visión que el lector tiene del mismo, pero que no son tan grandilocuentes ni un punto final claro. De esta manera, quedan algunos cabos sueltos y están sujetos a la interpretación del lector. Así hay una salida más suave del relato, menos concluyente y, por tanto, con una mayor impresión de verosimilitud.

1.3. Recursos narrativos
(ED) No tengo reparos en recurrir elementos propios de la literatura de género como el terror, pero la inquietud no reside en el objeto sino en la mirada. Si residiera en el objeto, sería muy fácil anular la inquietud porque no tienes más que quitar el objeto, pero si la inquietud reside en la mirada, si retiras el objeto, la mirada va a buscar algo más que llenar de significado, y ese algo puede ser ridículo y cotidiano. Y, precisamente, ese contraste entre cotidianidad y un efecto desmesurado genera unas reacciones que incluso sorprenden a los propios personajes.

(C) Un recurso que suelo utilizar a menudo es situar a personas normales en situaciones no tan normales para ver cómo reaccionan y puedan desvelar ciertas facetas de su personalidad que la comunidad mantiene latentes.

(C) Suelo partir de situaciones y personajes cotidianos que sean reconocibles por el lector y a partir de ahí, pasito a pasito, ir alejándolos de esa cotidianeidad hasta llegar a situaciones asombrosas y sorprendentes para ver cómo reaccionan. Me parece una manera muy efectiva porque permite no sólo la identificación del lector con el personaje, sino también que al terminar el relato, se plantee: “Yo, que me he identificado con este personaje, ¿actuaría de un modo similar o completamente distinto en esa situación?”

1.4. Una victoria parcial
(K) Esta pareja me interesa especialmente y de hecho ya aparecía en mi anterior libro, Como una historia de terror, en un relato ambientado en Estados Unidos donde se acababan de conocer. Es peculiar porque para ellos la mayor fuente de placer en la vida es el abandono. Dejar las cosas atrás: su trabajo, su país, su familia, lo cual se plasma en este fragmento. En Una victoria parcial han pasado unos años, ya tienen hijos, y ambos encuentran placer en dejar cosas atrás, ya que cuando llevan a cabo uno de estos procesos de abandono el placer se intensifica. Por esa regla de tres, es una pareja condenada a separarse. En este relato están a punto de separarse y buscando un balón de oxígeno desesperadamente. Lo que consiguen es una victoria parcial y aplazar ese final inevitable que planeo explorar en el futuro, en un tercer relato que estoy preparando ahora mismo.

(C) Lo que sí tengo es una especie de serie, de momento de sólo tres relatos, que han aparecido esparcidos en mis libros y protagonizados por los mismos personajes. Son una pareja formada por un español y una austriaca con la particularidad de que lo que más les une es una pulsión que tienen a dejarlo todo atrás. Encuentran un especial placer en el abandono: dejar trabajos, familias, ciudades, países… Escribí un relato titulado Después de nosotros, el diluvio que transcurría poco después de que se conocieran. En otro libro publiqué Una victoria parcial, donde la pareja ya lleva unos cuantos años juntos y la relación empieza a tener ciertos problemas. Y ahora, en Estrómboli, se conocen en las últimas páginas de Siempre hay algo peor. Me gusta mucho esta pareja porque viven una situación paradójica: ese goce por la renuncia que les une, al mismo tiempo, les condena como pareja, pues al final alguno de ellos dejará atrás esa relación.

2. Una reseña personal
Jon Bilbao reúne en Bajo el influjo del cometa ocho piezas breves que recuerdan a norteamericanos del siglo XX como Carver y lanzan un mensaje común: la distopía somos nosotros, el futuro más negativo es la realidad en que vivimos hoy.
Porque solo hay derrota en los personajes, que experimentan distintas formas de pérdida o la insatisfacción de no saber apreciar lo que tienen ("Los tres detenidos en un presente perpetuo. Un presente para ser recordado y del cual aprender. A menudo lamento no haberlo hecho". De Una victoria parcial). Leemos sobre seres que tienen sentimientos o inclinaciones considerados socialmente incorrectos y egoístas, pero frente a los que han decidido que nada pueden hacer. Casi todos guardan un lado oculto, conscientes de que no deben mostrarlo en público; si se descubre, serían reprobados y les atraparía la vergüenza. En ocasiones, sin embargo, lo único que les une a otro seres es precisamente lo negativo, compartido en secreto.
  
"Podría considerarse que el cometa lo ilumina todo. Que ahora tampoco de noche es posible ocultar lo que no se quiere que se vea (...) En nuestras casas podemos encender luces. Todavía podemos iluminar solo lo que deseamos". De Bajo el influjo del cometa.

El autor convierte sus relatos en una experiencia inquietante. A muchos de sus personajes les niega un nombre, o apenas sabemos nada de ellos mientras actúan en entornos poco definidos, sin personalidad propia, casi vacíos -pueblos de veraneo, casas aisladas de sus vecinos- o con límites difusos -cerca del mar, extensión de agua sin final visible-. Esta voluntaria falta de detalle dispara un mecanismo similar al de los cómics realizados con dibujos poco realistas o icónicos -lo explica Scott McCloud en la obra de referencia Entender el cómic. El arte invisible-: los lectores, al estar obligados a aportar información propia para completar el retrato, se ven impulsados hacia una mayor identificación con lo que tienen ante sus ojos.
También hay elementos destacables en el estilo y estructura de los texto, como los elementos que conectan los relatos entre sí y varias afirmaciones de significado abierto repartidas a lo largo de los cuentos, que aumentan la sensación de amargura, inseguridad e indefinición o son premonitorias. Por ejemplo, ¿hace referencia El mejor regalo posible a la sorpresa de cumpleaños para la amante o quizá sugiere cómo el protagonista cede a la fuerza un hijo?  O el juego irónico con la referencia a las elipsis temporales en Ha desaparecido un niño, recurso que tres páginas después se utiliza por partida doble. O las últimas frases de Una victoria parcial.
El resultado de todo ello es que Jon Bilbao construye un libro que nos atrapa y desde el que nos mira como el animal de Soy dueño de este perro"De nada serviría huir (...) lo sabía todo acerca de él".

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