jueves, 6 de diciembre de 2018

Emigrantes

Shaun Tan, Emigrantes (The Arrival, 2006)

1. El autor
Sin duda, Shaun Tan (Perth, 1974) es uno de los protagonistas del mundo de la ilustración en las últimas décadas. Junto a él, artistas como Rebecca Dautremer, Isabelle Arsenault o Fernando Vicente continúan una tradición que incluye a clásicos como Gustave Doré y Rockwell Kent. Todos ellos han sido capaces de aportar nuevas dimensiones a los textos que interpretan y comunicar significados de forma eficaz sin emplear palabras.
Las obras de Shaun Tan nos invitan a reflexionar sobre las disfunciones de las sociedades contemporáneas, introduciéndonos en mundos tan extraños como reconocibles, y acompañando el desconcierto con la fascinación, el humor, la ternura y una más que necesaria esperanza. En este blog y en su web muestra parte de su obra y proceso creativo.
Entre sus múltiples reconocimientos, ha recibido tres veces el World Fantasy Award y en dos ocasiones el Hugo Award como mejor artista. The Lost Thing, cortometraje basado en el álbum del mismo título, recibió en 2011 el Óscar a mejor corto de animación.
Sus dos libros más recientes, Cigarra y La ciudad latente, ya están disponibles en castellano. Como siempre, Barbara Fiore Editora hace un excelente trabajo.
Os recomiendo la entrevista al autor que se publicó en la Revista Babar. En ella habla sobre sus influencias y relación con el arte, además de comentar Emigrantes y otras de sus obras.


2. Un cómic sin palabras

Uno de mis primeros "esbozos" conceptuales para Emigrantes, en el que comencé dibujando encima de una colección de fotografías fotocopiadas, principalmente de migrantes y refugiados de diferentes épocas. En esta etapa, hace quince años, no estaba seguro de qué tipo de proyecto (estilo, narrativa) era este; simplemente jugaba con imágenes (http://thebirdking.blogspot.com/)
Nadie mejor que Shaun Tan para contextualizar Emigrantes y aportar claves de lectura: a través de los enlaces podéis acceder a un artículo original y a su versión en castellano.
Además, el libro Esbozos de una tierra sin nombre reúne bocetos, fuentes de inspiración y una descripción del proceso creativo del cómic que leemos este mes.
Porque Emigrantes es un cómic, sí: un relato, con o sin texto, formado por ilustraciones e imágenes que, situadas en un mismo espacio de forma intencional para constituir una secuencia, transmiten información y/o generan una respuesta estética en el lector.
Lo que escribe Paco Roca, uno de los mejores autores nacionales, como prólogo a otro cómic mudo (W. Lupano y G. Panaccione, Un océano de amor) es perfectamente aplicable al relato de Shaun Tan:
Las historias "mudas" han seguido conviviendo con las "sonoras" en el mundo del cómic. Si bien hablar de cómic sonoro y mudo es un tanto absurdo -todos carecen de sonido- sí que podemos diferenciar los cómics que tienen palabras -diálogos o textos- de los que narran únicamente con dibujos.
Sería un error pensar que el cómic sin palabras es el heredero directo del cine mudo, ya que su origen se remontaría a los del propio medio del cómic, cuando en el siglo XVIII las ilustraciones satíricas comenzaban a explorar el camino de la narración secuencial. Algunos de aquellos primeros cómics se apoyaban en textos explicativos, y otros narraban la acción valiéndose únicamente de la ilustración, sin ningún texto de apoyo.
[A comienzos del siglo XX] Cuando el cómic aún no había escapado de las páginas de la prensa, los relatos dibujados sin palabras comenzaron a narrar historias completas, con un comienzo y un final. Estos precursores del cómic sin palabras, como Lynd Ward, Otto Nückel o Franz Masereel, dedicaban sus páginas repletas de simbolismo a temas sociales, a denunciar los abusos de la época, a plasmar la desigualdad de las sociedades en que vivían... (...)
En ellos es vital un perfecto dominio del lenguaje corporal, para lograr transmitir las emociones de los personajes, y un gran control de la narración, para conseguir solo con imágenes que la historia se comprenda en todo momento.

3. Las transiciones como recurso técnico

Para mí, parte de la magia del cómic radica en cómo se genera la ilusión de paso del tiempo utilizando únicamente imágenes estáticas. Junto a la iconicidad /abstracción como recurso para promover la identificación emocional de los lectores, el uso de las transiciones (el paso entre imágenes) aprovecha un mecanismo cerebral universal: la clausura, o cómo tendemos a percibir un todo significativo cuando solo vemos las partes.
Como dice Scott McCloud en Entender el cómic. El arte invisible, que Shaun Tan cita como referencia:
Las viñetas de los tebeos fraccionan no solo el tiempo sino también el espacio, ofreciendo un ritmo mellado y sincopado de movimientos discontinuos. Pero la clausura nos permite conectar esos momentos y construir mentalmente una realidad continua y unificada. Si la iconografía visual es el vocabulario de los cómics, la clausura es su gramática.
Emigrantes hace un sabio uso de las transiciones entre viñetas, los encuadres y las simetrías entre escenas. Con ellas, la acción se ralentiza o acelera, percibimos el paso del tiempo, nos acostumbramos a objetos inicialmente extraños, captamos la soledad del protagonista entre la multitud y el estado emocional de los personajes...
De todo ello podremos hablar en la tertulia, pero, por ahora, os invito a leer esta novela gráfica fijándoos en qué tipos de transiciones emplea el autor y por qué lo hace. Una explicación sencilla de las mismas se encuentra aquí. Se trata de un recurso fundamental para generar la ilusión de tiempo continuo, provocar determinadas sensaciones en el lector y guiar su ritmo de lectura; aún más difícil es lograrlo sin palabras, ya que no existe una relación directa entre tiempo e imagen.
Pero quizá las preguntas más interesantes estén relacionadas con la experiencia de lectura: ¿habéis necesitado "traducir" el relato a palabras?, ¿permiten las imágenes transmitir algunas emociones de forma más eficaz que un texto?, ¿con qué elementos nos muestra Shaun Tan la soledad, inseguridad, miedo, extrañeza, afectos y esperanza de los personajes?
En este sentido, el semiólogo Daniele Barbieri se pregunta en Los lenguajes del cómic (1991) en qué lenguaje pensamos una idea: ¿en palabras?, ¿en sonidos?, ¿en imágenes? Para él, hay ideas más susceptibles de ser expresadas en un lenguaje que en otro. O al menos, habrá diversas formas, más o menos efectivas -por su claridad, capacidad de evocación, etc.- según el lenguaje utilizado, de expresar una idea. 




4. Si te ha gustado Emigrantes...

Te invito a participar en la tertulia sobre cómic e ilustración que desde 2007 se celebra en la Biblioteca Pública de Pamplona-Yamaguchi.
Y si te interesan los cómics sin palabras, puedes continuar con las páginas de obras como las que se proponen aquí.


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